MISIÓN DE LA FRANCMASONERÍA
El objeto no se consigue demostrando que existe; es necesario además hacerla vivir, que tenga actividad y que se desarrolle. Nuestra sociedad no es la realización de un plan
determinado, sino que es una institución en vias siempre de desenvolvimiento y de extensión. Persiguiendo lo ideal, se crea al fin una situación, en la cual la voluntad de Dios
llega á ser la voluntad de todos. La unión con la Naturaleza y con la Divinidad, obtenida por medio del ennoblecimiento moral, debe ser el constante propósito de la. humanidad, y ese es siempre también el de nuestra asociación.
Trabajar con mano infatigable, con ojo sereno y de acuerdo con todos sus hermanos para la conquista del objeto indicado, esa es la misión del francmasón.
Ese trabajo constante de perfección moral é intelectual, el francmasón debe emplearlo desde luego dentro de si mismo, actuando sin descanso para la reforma de sus disposiciones interiores. Al efecto debe esforzarse por adquirir un conocimiento exacto de sí, y procurar separar en su misma alma á la dulce, santa y benéfica caridad de los lazos del egoísmo, de la sensualidad y de la pereza. Solo entonces podrá el francmasón empezar á propagar la verdad y á inspirar el ideal de la nobleza y de la virtud á los que le rodeen, y á procurar el bien de los otros, según la voluntad de Dios y sin ninguna mira estrecha de egoísmo.
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